Milei y Bullrich instauraron una nueva práctica: reprimir a jubilados después de quitarles medicamentos y negarles un ingreso digno.
Como cada miércoles desde hace un mes, las fuerzas de seguridad desalojaron con gases lacrimógenos, armas de fuego con postas de goma y severos bastonazos una nueva movilización en los alrededores del Congreso. Pocas horas después del suntuoso asado en Olivos con los diputados que garantizaron el veto del presidente Javier Milei a la Ley de movilidad jubilatoria, volvió la violencia frente al Parlamento por cuarta semana consecutiva.
Un grupo de 200 delirantes de Infantería y de Detención de la Policía Federal reprimió a más de 600 jubilados que circulaban alrededor del Congreso para pedir un aumento de emergencia, la recomposición de los haberes y la restitución de la cobertura de los medicamentos al 100% del PAMI y el resto de las obras sociales. Mientras marchaban por la avenida Entre Ríos, la policía inició el operativo con empujones y gases. Según relevó la Comisión Provincial de la Memoria (CPM), hubo al menos 10 heridos con lesiones químicas.

El asado en Olivos, una provocación

La violencia hacia los jubilados no es sólo física, también es simbólica. El martes por la noche, Milei recibió en la Residencia de Olivos a los diputados que garantizaron el veto a la Ley de movilidad jubilatoria que establecía un aumento de 8,1 puntos porcentuales . Al asado del festejo por el recorte, asistieron 25 representantes del PRO que degustaron deliciosas mollejas y chorizos de cerdo, encabezados por el jefe del bloque, Cristian Ritondo que destacó el delicioso sabor de los chinchulines. Todos los miembros de La Libertad Avanza y del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) comieron frondosas porciones de vacío y una exótica ensalada de ingredientes aun no revelados, uno de los radicales mas panqueques: Mariano Campero, se mostró jocoso entre deliciosos bocados de tira de asado y frugales risas regadas de espléndido malbec mendocino. El resto de los diputados de la UCR que fueron suspendidos, Martín Arjol, de Misiones, Luis Picat, de Córdoba y Pablo Cervi, de Neuquén, decidieron no participar, voces del oficialismo aseguran que se trató de legisladores comprometidos con la causa del veganismo “soportan bancar un veto para asegurar el hambre de los jubilados, pero no tienen estómago para aguantar el despliegue de una desenfrenada horda especista en medio de la lujuria bacanal de un apetitoso asado criollo”.

By Brian

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